Distancia focal III: aspectos prácticos
En este post utilizaré indistintamente los términos “distancia focal”, “longitud focal” o simplemente “focal” para referirme al mismo concepto. Una focal corta es un gran angular (gran amplitud de campo), y una focal larga es un teleobjetivo (campo de visión estrecho, aumento del motivo).
Como hemos visto en post anteriores, la distancia focal o longitud focal hace referencia en sentido técnico a la distancia entre el centro óptico de la lente y el plano focal o sensor de la cámara. Desde el punto de vista práctico, la longitud focal indica el ángulo de visión o amplitud de campo de visión del objetivo o mejor dicho del conjunto objetivo-cámara. Se utiliza el estándar de 35 mm para comparar la longitud focal de unas cámaras con otras, ya que al haber muchos tamaños distintos de sensores las distancias focales de unas cámaras y otras no son comparables en términos absolutos.
En este post me referiré siempre a distancias focales equivalentes al formato 35 mm. La mayor parte de las fotos están hechas con mi cámara compacta con zoom 24-120 mm, extremos del zoom que son los que he utilizado para comparar los efectos de la longitud focal.
La casi totalidad de las cámaras compactas y buena parte de los objetivos de las cámaras réflex son zoom, de forma que tienen distancia focal de variación continua, lo cual es enormemente práctico para la gran mayoría de los usuarios. Sin embargo, el hecho de girar el anillo del zoom, cambiando la longitud focal, tiene una serie de efectos en la fotografía resultante, más allá de cambiar la amplitud de campo de la toma. ¿Cuáles son dichos efectos y cómo afectan a la foto resultante? Las respuestas son diversas para cada uno de los efectos que podremos percibir.
Básicamente, la distancia focal influye en los siguientes aspectos:
1) La nitidez. Un teleobjetivo resta nitidez a la imagen resultante, un gran angular teóricamente tiene más nitidez. Sin embrago si trabajamos con una cifra no muy alta de megapíxeles y con objetivos de cierta calidad este efecto no es fácil de apreciar, como ha sido mi caso. Las dos fotos están hechas con la misma cámara compacta “avanzada”, una con el 24 mm y otra con el zoom a tope a 120 mm, en éste último caso alejando algo más la cámara del motivo para que éste ocupe aproximadamente la misma porción de la escena. Ambas fotos a resolución máxima de 12 megapíxeles:
Gran angular 24 mm:
Zoom tele 120 mm:
Cuando amplío a tope el símbolo de Sunwayman grabado en la linterna no se aprecia diferencia de nitidez:
Por tanto en esta cuestión con objetivos de calidad media y si no disparamos los megapíxeles, no apreciamos la diferencia. Eso sí, vemos cómo la perspectiva cambia mucho, ya adelanto que a mí me gusta mucho el “efecto tele” y poco el efecto gran angular
2) La profundidad de campo. Las distancias focales cortas, aumentan la profundidad de campo. Las distancias focales largas, disminuyen la profundidad de campo. No confundir este efecto con la distancia del motivo a la cámara, que es lo que menciono en la letra b:
a. Para una misma distancia del motivo a la cámara, tendremos más profundidad de campo cuando usemos el gran angular –distancia focal corta- que cuando usemos un teleobjetivo –longitud focal larga- .
b. Para una misma distancia focal, tenemos más profundidad de campo cuando enfocamos lejos que cuando enfocamos cerca. Pero esto es si lo comparamos usando la misma distancia focal.
Vamos a ver unos ejemplos, todas las fotos con el mismo diafragma 5.6 para que éste no influya en la profundidad de campo.
Primero, la foto con gran angular de 24 mm:
La recortamos para ver mejor la profundidad de campo:
Aunque la resolución no es alta debido al recorte, vemos que casi todos los letreros de las linternas están casi correctamente enfocados, desde la esquina inferior derecha hasta el de la V60C negra del fondo.
En cambio, la misma toma, con el mismo diafragma y a la misma distancia al motivo, pero en teleobjetivo de 120mm:
Se aprecia claramente que tanto los grabados del fondo como el de la esquina inferior derecha están claramente desenfocados.
Una composición de ambas, a la izquierda gran angular, a la derecha tele (pinchar sobre la foto para aumentar):
Para ver el efecto en la profundidad de campo de la distancia entre la cámara y el motivo, comparamos una de las fotos anteriores, la hecha con tele 120mm con diafragma 5.6 (derecha en la composición), con otra hecha con el mismo tele 120 mm pero alejando la cámara del motivo, ésta última arroja mayor profundidad de campo. La nueva foto es esta:
Y si la recortamos, nos queda esta imagen:
En la que se aprecia, salvando los problemas de nitidez, que la profundidad de campo es mayor que en la foto con tele de 120mm hecha más cerca del motivo.
Una composición de ambas fotos con el 120mm, a la izquierda desde cerca, a la derecha desde más lejos y recortada:
Se aprecia en los letreros el mejor enfoque de la de la derecha, con mayor profundidad de campo, al haber alejado el motivo de la cámara.
3) La luminosidad. Cuando usamos un zoom, en las focales cortas llega más luz al sensor, mientras que en las focales largas, llega menos luz al sensor. Sin embargo, este efecto no lo apreciaremos en la regulación del diafragma. La razón es que el valor de apertura del diafragma, como ya indicamos en el post anterior, es relativo, estando condicionado a la longitud focal. Por tanto, un diafragma con valor, por ejemplo, 5.6, está más abierto cuando la focal es larga que cuando es corta, dejando pasar más luz, porque el valor 5.6 no es el diámetro de apertura del diafragma, sino la relación entre su diámetro y la longitud focal. Por tanto la luminosidad de las fotos con ambas focales va a ser la misma, si mantenemos los valores de velocidad y diafragma. ¿Cuál es entonces el efecto práctico de la diferencia entre focal larga y focal corta? Pues que el “rango dinámico” del objetivo es mayor con focales cortas que con focales largas. Esto se concreta en que con focales cortas el rango de valores de apertura del diafragma alcanza siempre números f más bajos (mayor apertura) que con focales largas. Ya vimos en el post anterior como los zoom anuncian siempre la apertura máxima del diafragma con dos valores: un número más bajo para la focal más corta y un número más alto para la focal más larga. Por tanto, en situaciones de muy baja luminosidad, puede ocurrir que con focales más cortas vamos a poder tener correctamente iluminada la imagen resultante cuando lo mismo no es posible con focales largas. O bien con focales cortas, en el manejo del conflicto entre velocidad y diafragma, vamos a poder fotografiar escenas con velocidades decentes, mientras que con focales largas ante una escena con iluminación equivalente vamos a tener que usar velocidades más lentas con el riesgo de que la foto salga movida.
4) La perspectiva. El tercer efecto influirá, y mucho, en todas y cada una de las fotos que hagamos. Tiene que ver con nuestra percepción real de las cosas y con la comparación entre la percepción de la realidad por nuestros sentidos y la percepción visual de la fotografía resultante a través de la vista exclusivamente.
Hasta ahora hemos visto básicamente cuestiones técnicas relativas a la luminosidad, enfoque, rayos de luz que se invierten y tamaño de sensores. Sin embargo la perspectiva es otra cosa.
Seguramente habremos oído hablar de que los teleobjetivos “acercan el fondo”, aparentando en la foto resultante que el motivo principal y el fondo están más cercanos de lo que lo están en realidad, y se podría predicar el efecto contrario cuando usamos un gran angular. Esto es muy cierto, pero no es a lo que me quiero referir, ya que a nosotros no nos interesan los paisajes, ni tampoco los retratos de personas, sino los de linternas, que son mucho más pequeñas que las personas.
Lo que debemos tener en cuenta es que cuando desembalamos una linterna de su caja y la vemos por primera vez, no nos limitamos a verla desde un punto fijo, sin mover la cabeza, y sin mover la linterna. Ese “estatismo” es lo que resulta en la imagen tras fotografiar la linterna, pero no es lo que hacemos cuando la examinamos o la usamos. La cogemos, la movemos, nos movemos nosotros, la acercamos y la alejamos, la miramos por delante, por detrás y de costado y la giramos 360º para verla desde todos los ángulos y las distancias. La abrimos, le ponemos la pila, la usamos, etc. La hemos visto, tocado, acercado y alejado, con menos luz y con más luz para ver si el anodizado brilla más o menos, la comparamos con otras linternas, con otros objetos para ver su tamaño, qué pequeñajas son las EDC, etc. A veces las linternas huelen, al menos los driver. A veces suenan, como todos sabemos, en los niveles medios y bajos, al enroscar y desenroscar, al rodar…
Es evidente que una foto sólo puede plasmar una pequeña fracción de esas sensaciones.
Para comenzar, la imagen fotográfica por lo general tiene un campo de visión mucho menor que la visión natural. Para continuar, el conjunto cámara-objetivo tiene un rango dinámico mucho menor que la visión humana, que es mucho más capaz de adaptarse y captar los matices en zonas en escenas en las que coinciden luces intensas con zonas de fuertes sombras. Sin contar el conjunto de sensaciones a las que he aludido antes, que la fotografía no puede captar. Por tanto la foto está muy limitada en relación a lo que nuestros sentidos captan. La experiencia directa con la linterna es un acontecimiento básicamente natural, administrado por nuestros sentidos, en el que se combinan sensaciones y percepciones de diversa naturaleza. En cambio en la fotografía gana peso la dimensión cultural, en la que el principal sentido implicado es la vista pero no los demás, y en ella la dimensión cultural aparece dominante. En la fotografía normalmente hay una intencionalidad del fotógrafo, de ahí su dimensión cultural. El autor oculta o muestra aquello que le parece y en la forma en que quiere, compone el encuadre incluyendo o excluyendo los elementos visuales que desea y los dispone de una determinada manera, sitúa la cámara como le conviene, utiliza la focal que le viene bien, y todo para conseguir una imagen determinada, para que la foto resultante genere una determinada sensación en el espectador.
Dicho así parece un poco rebuscado, pero en todas y cada una de las fotos que hay colgadas en el foro se da este proceso intencional del fotógrafo en mayor o menor grado. Todo el que hace una foto realiza, aunque no sea muy consciente de ello, un proceso intelectual-cultural que restringe las condiciones en las que quiere hacer la foto. Por ejemplo: ¿quiero demostrarle a los foreros que me ha llegado de China un determinado modelo de linterna? = Hago una foto en la que, al menos, el modelo sea identificable, aunque en la foto salgan más linternas para comparar. ¿Quiero mostrar que soy un pirado de las linternas? = hago una foto de un montón de ellas juntas, aunque no podamos distinguir marcas y modelos; ¿quiero mostrar la calidad constructiva de una linterna? = me esmero un poco y hago una foto cercana en la que se aprecien los ángulos y esquinas de la linterna perfectamente anodizados. Etc, etc, etc. Es decir,
el proceso cultural-intencional del fotógrafo está siempre presente, de forma más simple o más complicada, aunque no seamos conscientes de ello. Hasta en la más infame de las fotos se da este proceso intencional.
A lo que quiero referirme con esta perorata es que a mí, personal y subjetivamente, me gustan mucho más las fotos que arroja un teleobjetivo que la que arroja un gran angular. Esta es mi opinión personal, por lo que no tiene que coincidir con la de los demás. Me refiero a que yo creo que la foto de una linterna hecha con un poquito de acercamiento, con una distancia focal un poquito larga, quizá más allá de 75-80 mm, arroja un resultado que se parece más a la percepción “global” y real de la linterna cuando la tenemos a la vista y la manejamos. En cambio el gran angular parece que deforma el motivo, alejando y achicando la parte más lejana a la vez que engorda y deforma la parte más cercana, arrojando un resultado que a lo mejor puede ser muy artístico pero se aleja de nuestra percepción material de la linterna.
A la izquierda, gran angular 28 mm; a la derecha con zoom a 105 mm:
Otros ejemplos:
Gran angular 24 mm:
Pero si fotografiamos lo mismo con un 120 mm el resultado es este:
Me quedo con la segunda imagen, que presenta unas proporciones a la vista más parecidas a la realidad que percibo.
Si no tenemos un teleobjetivo a mano, podemos recurrir a un truco para conseguir proporciones más equilibradas en fotografías con gran angular: sacamos una foto del motivo alejándonos un poco de éste, y luego recortamos el resultado con un programa de retoque o incluso con el visor de imágenes de Windows.
Así, imagen original con el 24 mm:
Recortamos la anterior y queda así:
Aunque me sigue gustando más la que está hecha con el 120 mm, es evidente que en el recorte de la 24 mm la imagen está menos distorsionada o tiene menos efecto “barrilete” que cuando usamos el gran angular acercándonos mucho al motivo.
Otro ejemplo:
Gran angular 24 mm, cámara cercana a las linternas:
Mismo motivo, mismo gran angular 24 mm, pero alejándonos:
Recortamos la anterior:
Como vemos la tercera foto parece no estar hecha con un gran angular, sino con un tele corto, si bien parece que al estar bastante recortada pierde resolución y puede parecer menos nítida (dejamos aparte el hecho de que me han salido un poco subexpuestas, con poca luminosidad).
Pero como más me gusta es con el 120 mm:
Sin embargo, manejar un teleobjetivo es mucho más problemático que manejar un gran angular. Hay varias razones para ello:
- El gran angular tiene más
profundidad de campo, permitiendo el enfoque de todo el motivo; el teleobjetivo tiene poca profundidad de campo, por lo que una parte de la linterna puede salir desenfocada. Soluciones:
a) Cerrar lo máximo posible el diafragma
b) Alejar un poco la cámara del motivo aunque luego tengamos que recortar la foto
-
Luminosidad: el tele es menos luminoso que el gran angular, por lo que en la dualidad diafragma-velocidad, es fácil que, si no usamos el flash, nos ofrezca velocidades lentas, con el riesgo de que la foto salga movida. Esto será especialmente así si queremos tener una cierta profundidad de campo. Soluciones:
a) Usar un trípode.
b) Apoyar la cámara sobre un libro u otro objeto estable.
c) Apoyar las manos que sujetan la cámara sobre una superficie estable.
(En estos tres casos puede ser útil usar el disparador automático)
d) Otra solución es usar el flash de la cámara, aunque genera brillos y reflejos en el anodizado de las linternas que en muchas ocasiones son molestos.
- Pérdida de
nitidez con el teleobjetivo. Solución:
a) En nuestras fotos amateur este problema no debe ser apreciable y, caso de darse, se puede paliar haciendo la foto con el máximo valor de megapíxeles del rango de nuestra cámara.
Vaya rollo que he soltado hoy, me he quedado a gusto
